Dos puertas y una elección

🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO

🗓️ Viernes, 21/2/2025

Serie: 🚪 LAS PUERTAS DE LA ENVIDIA 🔑

EP#5: Dos puertas y una elección

📖 Lectura: Génesis 4:7 y Apocalipsis 3:20 
Esta semana recorrimos algunos textos bíblicos que nos advierten sobre la envidia. Abrimos cada puerta para ver cómo la envidia trabaja en nuestras vidas. Vimos cómo la envidia llevó al primer par de hermanos a un asesinato atroz. También la vimos como un fuego que empieza en las entrañas pero que consume todo a su paso. La envidia también es un arma, como la lanza de Saúl, que no solo hiere a quienes envidiamos sino a todos los que están a nuestro alrededor. Terminamos viendo la envidia como un cáncer que invade el cuerpo y una cárcel que aprisiona el alma. Hoy quiero invitarte a mirar dos puertas que hay en nuestro corazón. Una de ellas cambia el destino de tu vida. La otra, la deja sin rumbo. 

Cuando Caín se llena de envidia hacia su hermano, Dios interviene. Le advierte: ¡Ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte, pero tu debes dominarlo y ser su amo. Una puerta apareció en el corazón de Caín el día que comenzó a envidiar. Se escuchaba que golpeaba fuerte del otro lado, con insistencia, con desespero. Caín escuchó la advertencia de Dios, pero decidió abrir la puerta de todos modos. La envidia entró con desespero, quiso apoderarse de todo. Primero quemó sus entrañas, lo hacía sentir un dolor indescriptible ver a su hermano disfrutando de la mirada de Dios. Después subió a su cabeza, lo llenó de malos pensamientos. Primero lo inundó de ideas acerca de cómo su hermano era mejor y de cómo el era peor, o no valía lo mismo, o no recibía el mismo reconocimiento. También se aseguró de ayudarlo a planear la eliminación de la competencia. Así que terminó bajando a sus manos para llevar a cabo tan tremendo plan.  Así trabaja la envidia en nuestras vidas también. Es una puerta que suena con todo en nuestro corazón. Desesperada por atención, golpea y golpea esperando que le abramos de par en par. Y cuando la abrimos se apodera de todo a su paso. 

¡Pero qué maravilla! ¡Hay una puerta más hermano! En Apocalipsis 3:20 el Señor nos dice: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.” Esta puerta no suena con todo pero es igual de insistente. El Señor golpea con cariño, despacio, dándonos la opción. Él no nos obliga, pero anhela tanto entrar a cenar con nosotros. ¿Qué pasaría si cada vez que la puerta del pecado insiste en que le abra yo tomase la decisión de abrirle la puerta al Señor? ¿Cómo cambiaría mi día si me diera un banquete con él todos los días? ¡Oh Señor, queremos abrir la puerta correcta! ¡Ayúdanos! 
La envidia es un fuego que quema sin control. Pero en Hebreos se nos dice que nuestro Dios es FUEGO consumidor. Cuando vivimos cerca de la presencia del Señor se consume nuestra envidia y malestar. ¿A cuál de los dos fuegos te rendirás?

La envidia es la lanza en la mano de quien envidia. La última vez que aparece esta palabra en la Biblia es cuando el soldado romano atraviesa al Señor en la cruz. Salió sangre y agua lo que indica que tocó el corazón del Señor. Siempre, SIEMPRE que lastimamos con una lanza a los demás, lastimamos el corazón del Señor. ¿Has decidido deja tu lanza en el suelo?  

Los hermanos de José lo envidiaron tanto que lo enviaron a la cárcel. Paradójicamente José estaba más libre que cualquiera de ellos. Creció y cumplió el propósito que el Señor tenía para su vida aun cuando ellos le desearon el mal. José estaba libre, aunque estaba en la cárcel; pero ellos estaban presos aunque andaban en la calle. La sombra de lo que hicieron los atormentó toda su vida. Eran prisioneros de su pecado.  ¿Te sientes apresado por el pecado hermano? ¡Corre hoy a él y encuentra tu libertad! 
Señor, consume hoy nuestra debilidad. Ayúdanos a dejar de herir tu corazón. Libéranos de nuestra cárcel y sana nuestra enfermedad. Que abramos siempre la puerta a tu comunión perfecta. Amén. 

📲 FRASE DEL DIA: Cuando vivimos cerca de la presencia del Señor se consume nuestra envidia y malestar.

🖋️ Rocio Delgado