EL GOZO QUE SU PALABRA TIENE QUE PRODUCIR EN MI VIDA

🔊📖🐓 EL CANTO DEL GALLO 

🗓️ 25/1/2025

↪️ Sᴇʀɪᴇ: Sᴀ́ʙᴀᴅᴏs ᴅᴇ Cᴀᴍʙɪᴏ

Titulo: EL GOZO QUE SU PALABRA TIENE QUE PRODUCIR EN MI VIDA

Buenos días queridos hermanos y amigos de este bendecido espacio de Sábados de Cambio, me siento honrado nuevamente poder compartir con Uds. una reflexión con la que el Señor ha trabajado sobre mi corazón, voy a leer junto a Uds. dos versículos de la Palabra de Dios: El primero en el Salmo 119:162 “Me regocijo en tu palabra como el que haya muchos despojos”.
El segundo en Jeremías 15:16 “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”.
Yo quisiera reflexionar en esta mañana con el propósito de escudriñar nuestros corazones en Su Presencia, y comprobar si esta experiencia es una realidad con la que nuestro diario andar es bendecido.
No puede existir en la vida del redimido nada que le produzca más delicia y gozo que el hecho de poder meditar en Su Palabra, y a través de ella ver como nuestro Buen Pastor cubre las necesidades de nuestra alma.
Cuando el apóstol Pablo les escribía a sus amados de Tesalónica, él podía decir en su primera carta cap. 2: 13 “Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes”.
Esta realidad en sus vidas hizo que no solo despertaran a la fe, que viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios, sino que pronto se pudiese evidenciar el obrar de esa fe, el trabajo de su amor y la constancia en la esperanza.
Y cuando vemos la hermosura de esas vidas que se desarrollaron en medio de una gran oposición…comprueba la conclusión del apóstol, todo es así,  “porque la Palabra de Dios actúa en vosotros los creyentes”.
Se pudo comprobar lo que ya el Salmo 19 en el v. 7 dice “La Ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma”… y la bienaventuranza que nos habla el Salmo 1, ya que ellos “se convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero” (1 Ts. 1:9)… haciendo suya la experiencia de aquel “varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado”…sino “Que en la Ley de Jehová está su delicia… en su ley medita de día y de noche…y así será como árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto a su tiempo, su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará”.
Por ello para que estos ricos dividendos sean nuestros tenemos que hacer una realidad lo que les citaba en el primer versículo que les menciones del Salmo 119:162 “saber gozarnos en Su Palabra como el que haya muchos despojos”.
El trasfondo es una batalla que se libra con un enemigo y luego de consumada la victoria las tropas se pueden echar confiadas a tomar todos los pertrechos de sus enemigos para sí.
Vamos a comprobar siempre que cuando dispongamos nuestros corazones para poder deleitarnos en Su Palabra, comprobaremos que no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados y potestades, y lo peor para nuestro enemigo es ver un creyente dispuesto a meditar Su Palabra en comunión con Su Autor… los tropiezos van a surgir, los inconvenientes se van a presentar, el timbre que van a tocar, quizás hasta nuestro cuerpo se incomode en algo… es por ello que tengo que librar esa batalla para conseguir la victoria, para que el placer de lo obtenido me llene de gozo.
Es cuando haremos una realidad el segundo versículo que puse al comienzo de esta reflexión… Jeremías 15:16  “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobré mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”.
Si bien estas palabras tienen un contexto directo y muy particular en la vida del profeta Jeremías, yo en esta mañana simplemente quiero tomar Sus verdades de manera general, y darnos cuenta que también el gozo santo viene a la vida del creyente que toma Su Palabra, las medita, las incorpora a su vida aplicándolas a las distintas áreas que Su Santo Espíritu le muestre, se experimenta una identificación como el profeta sintió cuando Su Nombre, Jehová de los Ejércitos se invocó sobre él. Es decir que Su Palabra nos da una correcta perspectiva de lo que nosotros somos, y de lo Grande y Maravilloso que es el Autor de La Palabra.
Por ello si hubo un conocedor de esta realidad fue el apóstol Pablo y cuando se tuvo que despedir en primer lugar de los ancianos de Éfeso en Mileto a quienes había mandado llamar, después de abrirles su corazón en la presencia de Dios, con el propósito de ayudarles en su tarea pastoral, él se despide con las siguientes palabras en Hech. 20:32 “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados”.
Y en su último escrito en vida, a su amado hijo en la fe, Timoteo, le recuerda (2 Tim. 3:15-17) “Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
Seamos entonces como el hombre bienaventurado del Salmo 1 que se supo negar a sí mismo, y en Su Ley encontró su delicia…paguemos el precio, batallemos y regocijémonos en Su Palabra como el que haya muchos despojos.
Hasta un próximo encuentro Dios les bendiga.

Juan José Cataldi